Colores que encantan
Son especies nativas de la selva tropical sudamericana, más puntualmente del Amazonas, que se extiende por Brasil, Ecuador, Perú, Colombia y norte de Bolivia.
Las orquídeas son consideradas, para la casi totalidad de los especialistas, como las flores silvestres más deslumbrantes del mundo. En Ecuador, especialmente, y Colombia poseen las regiones más extensas e ideales en donde se encuentran la mayor variedad y mejores ejemplares de estas mágicas bellezas de la naturaleza.
Ecuador, destino para la observación de orquídeas
Las orquídeas, por su belleza y elegancia, son las plantas más antiguas y cotizadas del mundo. Su existencia se remonta a 65 millones de años. De 30 mil especies que existen en el planeta, el 14% habita en Ecuador.
El país registra 219 géneros de orquídeas, 4.250 especies clasificadas y 1.301 especies endémicas en ambientes tropicales, subtropicales y en zonas conservadas, sean templadas o frías.
Las orquídeas son plantas pertenecientes a la familia Orchidaceae. Son el eslabón perdido entre el mundo animal y el mundo vegetal. De su conservación, depende mantener viva una cadena natural de millones de años. En general, viven sobre los árboles donde captan calor, luz y aire. Algunas crecen en rocas con musgo, y otras en el suelo.
Para el biólogo, Oswaldo Haro, las formas, colorido y aroma -algunas agradables y otras desagradables- convierten a las orquídeas en plantas enigmáticas para la investigación. “Mientras unas alcanzan hasta 30 metros de altura, otras miden apenas unos cuantos milímetros. Sus flores se agrupan en racimos de dos a 20 y pueden ser blancas, rosadas, lilas, rojas, amarillas, verdes y hasta azules”. Aunque son similares en su estructura, sus sépalos, pétalos y labelo o labio cambian de un género a otro.
El alimento básico de las orquídeas es el musgo y las micorrizas. En las áreas conservadas de Ecuador está el 70% de especies de musgo del mundo, “el manjar de las orquídeas”. De ahí la importancia de mantener el bosque primario. Las orquídeas, en su hábitat natural, crecen por millones y “como todo ser vivo si tienen agua, comida y amor su reproducción es interminable”.
Las orquídeas que viven en comunidad con los musgos, las micorrizas y las bacterias son la opción más viable para producir fertilizantes naturales.
“La sorprendente variedad de orquídeas -que habitan en Ecuador- responde a la biodiversidad y variedad de climas y microclimas que se encuentran en la Costa, los Andes, la Amazonía y las Galápagos”.
Ecuador es el país con mayor biodiversidad del planeta. Para muestra un botón. Entre 1.999 y 2.011 se registraron 2.843 nuevas plantas vasculares, es decir, se descubrieron casi 3.000 especies de plantas que producen flor. El endemismo es una característica peculiar.
Naturaleza, arte y ciencia
La riqueza floral despierta el interés de científicos de distintas latitudes, que viajan durante todo el año para observar orquídeas y profundizar sus conocimientos. Ecuador es la capital mundial de las orquídeas.
En la ciudad de Quito está el Jardín Botánico, un museo de vida natural donde se puede conocer las diferentes especies de plantas, climas y microclimas. Las orquídeas ocupan un sitio especial.
Varios científicos son parte de la institución. Su trabajo -especializado en orquídeas- es una carta de presentación para atender a los aficionados y visitantes de otros países.
Según Juan del Hierro, creador de la Fundación de Orquideología y promotor del Jardín Botánico de Quito, los contrastes geográficos propician la existencia de orquídeas en el país. “Tenemos condiciones únicas en el planeta, corrientes cálidas, corrientes frías que evitan que la costa –por ejemplo- sea desértica”.
Las formas, colores y olores de las orquídeas son un universo paralelo, que debe ser conservado. “Las orquídeas son un termómetro del bosque primario. Si se conservan los bosques primarios, se conservan las orquídeas. Las orquídeas son una excusa que nos invita a promocionar esta industria sin chimenea que es el turismo”.
Desde los 0 metros hasta los 4.000 metros de altura, Ecuador es el hogar de las orquídeas. Su reproducción no es sencilla. Viven en simbiosis constante con microhongos o micorrizas. Este hongo crea almidones que las orquídeas usan para producir semillas. “Depende de estos para la fecundación y, por esta razón, hay tantas micorrizas como especies de orquídeas en el mundo”.
Las orquídeas son las reinas del engaño. No producen polen sino polinio que se encuentran en los diferentes labelos de cada especie. El polinio se prende al insecto y éste, a su vez, lo transporta hacia una flor femenina para la fecundación.
En su diversidad, hay algunas que llegan a reproducirse por pseudocópulas. Las orquídeas son capaces de adoptar la forma de insectos para atraerlos. Inclusive, el color y el olor ayudan a que aves e insectos se acerquen, impregnen las semillas y desplacen las distintas especies a otras áreas. “Sin micorrizas no hay orquídeas, sin orquídeas no hay polinizadores”.
Orquídeas: una cadena natural de vida
El crecimiento de las sociedades ocasiona que plantas y animales estén en peligro de extinción. La naturaleza primaria es una cadena donde la eliminación de una especie o la introducción de una nueva ponen en riesgo la existencia de las especies, sobre todo, endémicas. En esta relación de vida, los insectos y las flores juegan un papel primordial en la reproducción de los ecosistemas.
Al ser la orquídea la planta floral con mayor abundancia en Ecuador, de su subsistencia depende mantener esta cadena de vida natural. Si desaparecen las orquídeas, desaparecen miles de especies de abejas, avispas e insectos que polinizan las plantas. Si desaparecen los insectos, desaparecen especies frutales. Si desaparecen los insectos, las plantas quedan estériles, como fósiles vivientes, porque no pueden reproducirse.
Alexander Hirtz, presidente del directorio de Fundación Botánica de los Andes, advierte que las especies endémicas corren el mayor riesgo. “El peligro es que se extingan las orquídeas endémicas. La tala de bosques es una de las causantes de la desaparición de las orquídeas, sumado a los incendios y la contaminaciónón por el mal uso de fungicidas e insecticidas.
Alexander Hirtz, durante 40 años de investigación, descubrió 800 especies de orquídeas en Ecuador. En su estudio deduce que son las plantas más evolucionadas del mundo. La semilla de la orquídea no tiene fécula. Esto significa que en cada cápsula para la fecundación existan varios millones de semillas. “Es la familia de plantas con el mayor número de especies porque pueden mutar con facilidad ante cambios climáticos. Por ejemplo, de las erupciones de los volcanes ecuatorianos nacieron nuevas especies de orquídeas que mutaron y se adaptaron al clima y la geografía”.
“Mi obsesión es la naturaleza porque es una cadena de vida. El conocimiento de las plantas nos lleva a saber sobre los animales y explorar la historia del hombre”. En Ecuador, todavía hay bosques primarios donde no existe registro de las especies.
Turismo de orquídeas
Cientos de instituciones, científicos y turistas de todo el mundo centran su mirada en este pequeño espacio de territorio que encierra la mayor biodiversidad del mundo.
“Hay que sentirnos ecuatorianos, amándolo y difundiéndolo. Crear lo que sería en la práctica, nuestra identidad”. Es el pensamiento de Eduardo Sánchez, catedrático de la Universidad de Cuenca, aficionado a las orquídeas e impulsor del turismo. “Las orquídeas pueden ser cultivadas para la exportación, pero también para la observación de los visitantes que lleguen a Ecuador.”
Cada zona puede desarrollar sus propios vínculos y métodos de difusión y preservación de las orquídeas enlazadas con el turismo y el cuidado del ambiente.
Las orquídeas son la clave para mantener con vida el planeta, un elemento primordial para los científicos e investigadores y una oportunidad para el desarrollo económico de las comunidades y el país, a través del turismo.
Las mejores fechas, para observación de las orquídeas en Ecuador, son de diciembre a junio, en el occidente, y de junio a septiembre, en el lado oriental.
La reserva orquideológica El Pahuma, a 22,5 Km pasando Calacalí, es un destino recomendado. En más de 600 hectáreas de extensión, la reserva muestra un jardín botánico con cientos de especies de orquídeas. A lo largo de siete senderos se puede observar a las orquídeas en estado natural.
En el Km. 20 de la vía Alóag-Santo Domingo se encuentra la Reserva Ecológica Bombolí, con más de 600 especies de orquídeas cultivadas de manera totalmente natural.
A 3 km al sureste de la ciudad de Puyo, otro destino es el Jardín Botánico y de Orquídeas del Centro de Conservación de la Flora Amazónica. Se observa una variedad de plantas endémicas de la Amazonía y más de 350 especies de orquídeas amazónicas. En Zamora se encuentra el Orquideario Palphinia, un lugar mágico para admirar una gran variedad de orquídeas.
En Ecuador se encuentra el Parque Nacional Podocarpus, con caminatas donde el turista puede apreciar 63 especies de orquídeas identificadas. El ecosistema en este lugar posee alrededor de cien lagos y cascadas y está ubicada a 15 km de la ciudad de Loja.
El Jardín Botánico de Quito, ubicado en el norte, en el Parque la Carolina, es un punto de partida. Ecuador, es su mejor ruta para observar y estudiar a las orquídeas.
radioturismoecuador@gmail.com
Noticias