¿Evolución? ¿Inteligencia humana? ¿Avance tecnológico? ¿Países desarrollados? ¿Confort humano? ¿Culturas superiores? ¿Sociedades cultas? ¿Proyectos espaciales? ¿Tecno-medicina? ¿Bio-genética? ¿Era de las comunicaciones y la informática? ¿Poder nuclear? ¿Comunidad internacional?
Evidentemente suenan como conceptos muy subjetivos, relativos y, si se piensa un rato, ridículos en la mayoría de los casos cuando se aplican inconciente y obsecuentemente en ciertos planos..
La vertiginosa destrucción del medioambiente necesita acciones urgentes por parte de todos los estados del planeta, tanto -y más aún -de los países industrializados o desarrollados, asi como también de los países en vías de desarrollo (Brasil, Argentina, México y otros) y los subdesarrollados o pobres.
En las mediciones de costos-beneficios que implica el desarrollo económico de una parte de la humanidad, sobre el equilibrio ecológico o la protección de la naturaleza, evidentemente que el saldo es netamente muy negativo y desigual para el planeta y su eco-sistema.
Muchas especies animales han desaparecido o están en peligro de extinción. En varias regiones de la tierra, como por ejemplo algunos países europeos del centro o del sur, ya no existen prácticamente los bosques nativos ni muchas de sus especies autóctonas. Ello es debido a la excesiva explotación de las tierras y la sobre-población o densidad demográfica.
El agua dulce es cada vez más escasa por la desprotección de muchos entes gubernamentales, por la gran contaminación de los ríos o surgentes, por el derroche y abuso en su uso, por apropiación impune o el comercio absurdo y delictivo, etc.
El índice de gases contaminantes en la atmosfera del planeta es cada vez más alarmante y el efecto invernadero es muy intenso y progresivo.
Los pronósticos nos dicen que, de un planeta sistemáticamente castigado, en estos años, se nutre una población aproximada de 7.000 millones de habitantes, por lo tanto, dentro de veinte años, al ritmo de crecimiento poblacional actual, se tendrán que abastecer unos 8.300 millones en total.
Lógicamente que el agua potable, el alimento y el suelo serán menores para cada habitante.
La tierra nos envía constantes señales de que la humanidad está fallando. Sequías, lluvias en exceso, frías temperaturas en temporadas habitualmente cálidas. Si el ser humano no toma conciencia, ¿qué futuro cercano nos espera? Estamos al borde del abismo.¿Hasta cuándo podremos sostenernos?
Foto: Raúl W. González Sanso
Músicos de Argentina
Waldo de los Ríos. Tercera sinfonía de Brahms.
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