Ecología -
экология
Великие леса России
Las grandes regiones boscosas de Rusia
Большой лес Россия
Large forested regions of Russia
Las extensiones de bosques originarios màs importantes del mundo se encuentran en Rusia, sobretodo en las zonas situadas al oeste de los Montes Urales; en ellas viven especies como el tigre siberiano, la ardilla voladora, el zorro, el lobo, el oso pardo. Referirse a los bosques primarios en Rusia es hablar de la Taiga, formada por grandes extensiones de coníferas (taiga en ruso significa “bosque frío”).
Leer más: http://www.ecologiaverde.com/los-bosques-primarios-europeos/#ixzz3Xr494TQ3
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Bosques vírgenes de Komi
Леса Коми
Los Bosques vírgenes de Komi son parte del Patrimonio de la Humaniodad de la Unesco. Se encuentran en la parte norte de los Montes Urales en la República Komi, Rusia. Con sus 32.,800 km² es el bosque virgen más grande de Europa
Los Bosques vírgenes de Komi pertenecen a la
ecorregión de la
taiga de los
montes Urales. Las especies de árboles más abundantes son la piceasiberiana (también llamado falso abeto siberiano), el
abeto siberiano y el alerce siberiano. En cuanto a los mamíferos más abundantes están el
reno, la
marta, la
comadreja y la
liebre.
El entorno pertenece a la Reserva Natural de Pechora-llich y al Parque nacional de Yugyd Va ruso. Su estatus como Patrimonio de la Humanidad fue reconocido en 1995, convirtiéndose en el primer entorno natural en alcanzar tal distinción en este país.1 Este reconocimiento trajo consigo más fondos del extranjero y lo salvó de la inminente tala por parte de la compañía francesa HUET Holding. Sin embargo, la conservación de este sitio está aún amenazada, con talas ilegales y la minería del oro. Antes de su protección, la zona norte del Parque Nacional de Yugyd-Va se explotaba por sus depósitos de oro. También debemos mencionar otra región importante de este sistema natural que es el Distrito Forestal de Yaksha
A pesar del reconocimiento del área como Patrimonio de la Humanidad, los intentos para sacar oro están siendo apoyados por el Presidente de la República de Komi, y por el ministro de Naturaleza. El gobierno regional quiere mover los límites de la zona protegida para excluir de ella las partes ricas en oro, y explotarlas, aunque este hecho ha sido descartado por la Corte Suprema de Komi.
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Datos del sitio: http://es.wikipedia.org/wiki/Bosques_v%C3%ADrgenes_de_Komi
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LOS BOSQUES RUSOS A PRINCIPIOS DEL TERCER MILENIO: SITUACIÓN Y TENDENCIAS
ПЕРВЫЕ российских лесов третьего тысячелетия:СОСТОЯНИЕ И ТЕНДЕНЦИИ
Anatoly Shvidenko
La importancia mundial de los bosques rusos se define por la gran magnitud, sus recursos inherentes y las propiedades ecológicas de los mismos. A pesar de las serias deficiencias de ordenación forestal que ha habido en la Federación de Rusia2 en los últimos decenios, que se han traducido en deterioro de los bosques en diversas de las regiones más pobladas del país, y en aprovechamiento y protección forestales insuficientes, este singular recurso natural demuestra una asombrosa vitalidad y capacidad natural de recuperación. Los bosques rusos siguen sirviendo de vigoroso estabilizador del medio ambiente mundial y como fuente potencial de diversos productos forestales, en particular madera de coníferas. Sin embargo, la situación socioeconómica que atraviesa el país, una presión antropogénica creciente y el espectacular cambio climático previsto en el norte de Eurasia, apremian a la adopción de una ordenación forestal sostenible que tome en cuenta los numerosos usos inagotables de los bosques y la necesidad de adoptar estrategias previsoras de gestión forestal, a fin de mitigar las consecuencias del cambio climático mundial.
La función específica de los bosques rusos en el mundo contemporáneo se distingue por diversas características, a saber:
(1) La gran magnitud de este recurso natural. Los bosques rusos abarcan el 22 por ciento de la superficie forestal del mundo, y el 23,1 por ciento del volumen boscoso en pie (FAO, 2001); más del 50 por ciento de la superficie forestal de coníferas se concentra en territorio ruso (Nilsson y Shvidenko, 1998).
(2) Una parte considerable de los bosques rusos sigue virgen de intervención humana, el Instituto de los Recursos Mundiales calcula que el 26 por ciento de la última frontera forestal mundial está en la Federación de Rusia2 (Bryant et al., 1997).
(3) A pesar de la gran proliferación de las perturbaciones de origen humano y natural, los bosques rusos han servido como sumidero neto de carbono de alrededor de 0,4 Pg C/a (petagramos de carbono al año) en los últimos cuatro decenios (Shvidenko y Nilsson, 2003).
(4) La fuerte presión antropogénica no ha destruido la gran capacidad natural de recuperación de los bosques boreales, la superficie de bosques cerrados de Rusia aumentó 80 millones de hectáreas de 1961 a 1998.
(5) Se prevé que los efectos más espectaculares del cambio climático en el mundo se perciban en las altas latitudes rusas. Tomando en cuenta la gran cantidad de materia orgánica y turba que se acumula en los suelos de los bosques (alrededor de 145 Pg C en la capa superior de 1 metro) y que alrededor del 80 por ciento de los bosques rusos están situados en zonas de suelos con hielo permanente, el calentamiento podría tener consecuencias peligrosas para el sistema climático del planeta.
(6) Se prevé un aumento de la demanda de madera de coníferas equivalente a cerca de 300 millones de metros cúbicos para el decenio de 2020, y Rusia (por lo menos en potencia) tiene la clave para equilibrar el suministro mundial de este importante producto forestal (Nilsson, 1996).
En este análisis utilizamos definiciones rusas de las principales categorías de cubierta forestal. Todos los territorios cuya gestión está a cargo de las autoridades constituyen el fondo forestal, que en 1998 tenía una superficie de 1.178,6 x 106 hectáreas. El fondo forestal está dividido en territorios forestales y territorios no forestales. Los territorios forestales cuentan con dos elementos principales: bosques cerrados o zonas boscosas, y zonas no boscosas, es decir, zonas que temporalmente no están cubiertas de bosque (masas quemadas o muertas, bosques poco poblados, zonas explotadas sin reconstituir, etc.). Los territorios no forestales básicamente comprenden zonas no productivas (pantanos, rocas, etc.). La definición rusa de territorios forestales es muy próxima a la definición de la FAO utilizada en FRA 2000 (FAO, 2000). En Shvidenko y Goldammer, 2001, figura más información sobre las definiciones técnicas utilizadas en este trabajo.
Situación actual de los bosques rusos y acontecimientos recientes
Los primeros conjuntos de datos sobre los bosques rusos, basados en un inventario completo realizado en todo el país (Relación forestal del Estado [RFE]) se presentó en 1961. Entre este año y 1998 los datos de la RFE se actualizaron cada cinco años. Shvidenko y Nilsson, 2002, comentan los métodos y particularidades del inventario forestal ruso, la exactitud de los datos, etc.
La mayor parte (95 por ciento) de los bosques rusos (el 51,6 por ciento de la superficie territorial del país está cubierta por territorios forestales y el 45,3 por ciento por bosques cerrados [FFS, 1999]) está situada en la zona de la taiga, que define sus propiedades inherentes y principales características de conjunto. En la zona boreal predominan las coníferas (70,7 por ciento de la superficie debosques cerrados) y caducifolias de madera blanda (16,7 por ciento). Hay zonas relativamente reducidas (2,4 por ciento) cubiertas de caducifolias de madera dura. Estos tres grupos de bosques constituyen las principales especies forestales (89,7 por ciento de la superficie de bosques cerrados). En el resto de la superficie de bosques cerrados predominan los arbustos (principalmente de la especie Pinus pumila), en los territorios donde no pueden crecer bosques altos debido a las condiciones difíciles del clima. Hay poca biodiversidad en cuanto a especies (seis especies predominantes cubren alrededor del 85 por ciento de la superficie de bosques cerrados), pero hay una gran plasticidad y adaptabilidad ecológica de las especies (por ejemplo, hay bosques en los que predominan los pinos y los abedules en todas las zonas bioclimáticas, desde la tundra hasta el semidesierto y el desierto).
En todo el país es muy irregular la distribución espacial, la composición de las especies y la productividad de los bosques. Una cuarta parte del territorio forestal está ubicado en la Rusia europea (donde viven unas tres cuartas partes de la población), y los otros tres cuartos en la Rusia asiática. El porcentaje de cubierta forestal varía de más del 80 por ciento a entre el 2 por ciento y el 6 por ciento en las regiones de las estepas de la parte europea. Alrededor del 45 por ciento de los bosques del país son bosques montañosos. La edad promedio del bosque es elevada (alrededor de 100 años para todos los bosques, 115 para los de coníferas, 95 y 48 para los de caducifolias de madera dura y de madera blanda, respectivamente). Casi la mitad de la superficie de bosques cerrados (47 por ciento) son masas en pie maduras o decadentes. En los bosques de la taiga es característica una proporción significativa de bosques de coníferas de edades heterogéneas (del 40 por ciento al 80 por ciento en las especies distintas). En 1998 los bosques habían acumulado cerca de 82 000 millones de metros cúbicos de troncos. Las grandes superficies de los bosques del norte, de baja productividad, y la repetida perturbación de origen humano y natural, han dado lugar a un promedio relativamente bajo del volumen de la masa en pie (105,7 metros cúbicos por hectárea). Con todo, considerables zonas forestales del centro y el sur de la región boscosa consisten de masas de gran productividad de especies de valor industrial.
Los bosques rusos desempeñan una importante función económica, social y ecológica a escala local, regional, continental y mundial. La vida de unos 20 millones de personas está directamente ligada a estos bosques: el 8 por ciento de la población activa trabaja en el sector forestal; los bosques del norte del país son el medio natural de 26 grupos indígenas. Muchos productos forestales no de madera y servicios (fruta y moras; plantas medicinales, cacería, etc.), son una fuente importante de subsistencia para la población local. Pero en los años 90 se elaboraron pocas estadísticas fiables.
El bosque es una importante fuente de materia orgánica de reciente asimilación. Los territorios forestales comprenden una cantidad importante de fitomasa (35,6 Pg C en 1998, equivalente al 82 por ciento del total de fitomasa del país), materia orgánica de vegetación muerta (6,2 Pg C en madera muerta sobre y por debajo del suelo), y suelo (12,6 Pg C en la capa orgánica sobre el suelo y 134, 5 Pg C en la capa superior de 1 metro). Se calcula la producción primaria neta en 2,02 Pg C al año, y en los últimos 40 años los territorios forestales rusos en promedio sirvieron de sumidero neto de 0,43 ± 0,07 Pg C al año, aunque la variabilidad entre los años es muy elevada, del 0 al 0,7 Pg C al año (Shvidenko y Nilsson, 2003).
Los procesos naturales de crecimiento, los efectos de la ordenación forestal y las perturbaciones caracterizan la dinámica de los bosques rusos entre 1961 y 1998. Pueden determinarse las siguientes tendencias: la más importante es el aumento de la superficie de bosques cerrados en 78,7 × 106 hectáreas (11,3 por ciento). Este aumento obedece a la disminución de las zonas no boscosas correspondiente a 44,9 × 106 hectáreas y a una determinación más precisa de la superficie de bosques cerrados en las zonas recién inventariadas, que dio por resultado un aumento de los territorios forestales de 33,8 × 106 hectáreas. Las zonas no boscosas, que son consecuencia de perturbaciones (zonas quemadas, etc.) disminuyeron dos veces. Con todo, hay evidentes tendencias de deterioro forestal en muchas grandes regiones, en particular por la explotación intensiva. En promedio, las zonas de bosques de coníferas aumentaron un 6,2 por ciento, pero considerables territorios de bosques de coníferas autóctonas fueron sustituidas por masas de caducifolias de madera blanda, cuya superficie aumentó 16,8 por ciento. Por ejemplo, las zonas en las que predominaba el Pinus koraiensis, en la región más oriental de Rusia, se redujeron un 20 por ciento, y se reemplazaron por bosques sin explotar de caducifolias. Aumentó un 20 por ciento la superficie de bosques jóvenes y de edad media, debido a la misma disminución de las masas forestales maduras y decadentes, debido principalmente a explotación y perturbaciones. El volumen total del material dejado en pie aumentó 4,3 × 109 metros cúbicos, y en la parte asiática disminuyó 1,5 × 109 metros cúbicos. La fiabilidad de estos cálculos se ha confirmado mediante la contabilidad de la madera producida y consumida de los bosques rusos entre 1961 y 1998. Este análisis revela que se perdieron anualmente de 350 a 400 × 106metros cúbicos de troza principal debido a perturbaciones de regeneración, sobre todo en la Rusia asiática (Shvidenko y Nilsson, 2002).
La gestión soviética de los bosques
El periodo de 75 años de ordenación forestal "soviética" (1917-1992) dejó un legado contradictorio. En algunos aspectos del sector forestal hubo un evidente progreso: se creó un sistema adecuado de inventario forestal; la gestión forestal se basó en un conocimiento claro de la función múltiple de los bosques (los bosques que desempeñan una función de protección hoy componen el 23 por ciento del fondo forestalruso); la ciencia, la formación y la legislación forestales no quedaron atrás de las de los países más desarrollados, y se prestó mucha atención al restablecimiento y la protección de los bosques en las zonas densamente pobladas. Se plantaron considerables superficies boscosas antes del decenio de 1990 (con una cifra máxima de 0,7 × 106 hectáreas al año), pero después de esto, la superficie de plantaciones forestales disminuyó 2,5 veces (0,24-0,21 × 106 hectáreas de 1997 a 2002). La calidad de las plantaciones fue poca, de las 23.2 × 106 hectáreas de bosques plantadas de 1956 a 1997, en 1998 se registraron como subsistentes sólo 17,3 × 106 hectáreas (FFS, 1999). Además, la base insuficiente de la economía nacional dio lugar a muchos defectos en la explotación forestal. Se talaron bosques con maquinaria antiecológica, en general grandes superficies en forma destructiva. La mayor parte de las masas productivas, situadas cerca de las carreteras, fueron las más explotadas y por lo general no se utilizaron las especies caducifolias ni de baja calidad. Aunque la tala misma nunca ha rebasado la norma de largo plazo de la explotación sostenible (la tala anual permisible, determinada en un nivel de alrededor de 500 × 106 metros cúbicos al año en las últimas cuatro decenios), la sobreexplotación local fue común en muchas regiones industrialmente desarrolladas de la Rusia europea. Para 1956-1997, se explotaron 13,7 × 109 metros cúbicos al año de madera comercial en los bosques rusos, que equivalen a 17 × 109 metros cúbicos al año de volumen en pie (comprendido el consumo no registrado de la población rural). Las zonas explotadas o incendiadas de coníferas por lo general de sustituyeron con caducifolias de madera blanda, lo que devaluó y le restó concentración a los bosques explotables en extensas superficies. Las empresas productoras de papel y de pulpa y las técnicas de elaboración de maderas se fueron haciendo cada vez más obsoletas y fue común el desperdicio de madera (hasta el 50 por ciento del total de la madera obtenida) en la industria forestal soviética.
Efectos de las perturbaciones
Aproximadamente la mitad de los bosques rusos no estaban y siguen sin estar sujetos a gestión ni explotación industrial, y las perturbaciones siguen siendo una de las principales fuerzas motrices de la dinámica de estos territorios. Los principales tipos de perturbaciones son los incendios, los insectos y los brotes de enfermedades, la transformación industrial de las tierras y la contaminación industrial. En promedio, entre 10 y 20 × 106 hectáreas de zonas del fondo forestal sufren perturbaciones anuales. Los grandes incendios son la perturbación más importante en la zona boreal. En los bosques del norte cuyos suelos están permanentemente helados, los incendios intensos y frecuentes modifican el funcionamiento sostenible de los panoramas naturales, lo que con frecuencia produce una "desertificación verde", es decir, la transformación irreversible de los bosques en pantanos, zonas de arbustos o praderas. En el sur y el centro de la zona, los incendios forestales son el fenómeno ambiental más peligroso, que produce espectaculares pérdidas económicas e intensos efectos ecológicos negativos en los ecosistemas y la biodiversidad forestales. Alrededor del 60 por ciento del total de la superficie del fondo forestal de Rusia cuenta con protección contra incendios. El alcance y la gravedad de los incendios han aumentado en los últimos decenios. Se calcula que las pérdidas producidas por insectos y enfermedades tengan la misma magnitud de las causadas por los incendios (Isaev y Korovin, 1998). Las estadísticas oficiales informan de que las zonas que han sufrido efectos de factores bióticos en los últimos 40 años se extienden de 1,5 a 3 × 106 hectáreas a 5 a 10 × 106 hectáreas al año. Estos datos subestiman considerablemente la situación real.
Problemas del período de transición (1992-2002) y perspectivas
La caída de la industria forestal soviética
La fuerte crisis económica y social del último decenio ha repercutido en todos los elementos del sector forestal de Rusia. Los bosques siguen siendo de propiedad federal, pero el presupuesto del Estado no cubrió siquiera el 50 por ciento de la cantidad necesaria para el mantenimiento adecuado del inventario, la investigación, el restablecimiento y la protección forestales. Las zonas anualmente sometidas a inventario han disminuido tres veces en el último decenio, y la obsolescencia del inventario forestal es crítica.
Los principales problemas económicos del sector forestal no se han resuelto. La ciencia y la formación profesional del ámbito forestal están decayendo profundamente. La protección forestal contra los incendios no basta, por ejemplo, en 1999-2001 sólo se utilizó la aviación entre el 22 por ciento y el 24 por ciento respecto a lo necesario. Se destruyó el sector de la industria forestal soviética. La producción de los principales productos de madera disminuyó espectacularmente (en 1998, en comparación con 1988, la extracción de madera fue de 22,0 por ciento, la producción de madera fue de 21,9 por ciento, celulosa 38,4 por ciento y papel 46,0 por ciento, Burdin et al., 2000). Actualmente, la participación rusa en la extracción mundial de madera es de 3,2 por ciento, en la producción de papel y cartón es de 1,4 por ciento, la producción de paneles de madera es de 2,4 por ciento, etc. El precio promedio de la madera viva en todo el país probablemente sea el más bajo del mundo (0,83 centésimos de dólar EE UU por metro cúbico en los bosques de arriendo y 2,7 dólares EE UU por metro cúbico de madera vendida en subasta en 2002). El volumen mismo que se explota es alrededor de una quinta parte de la tala anual permitida (22 por ciento en 2001), pero los recursos disponibles de las regiones que cuentan con una infraestructura desarrollada casi se han agotado.
Prácticamente no se están construyendo carreteras, y sólo entre 1993 y 1998, 54 000 kilómetros de carreteras para el transporte de madera en la Rusia europea quedaron inservibles. La depredación forestal se ha hecho más palpable que antes. Según las fuentes oficiales, la explotación ilegal (en diversas modalidades) es insignificante (dentro de los límites de un millón de metros cúbicos al año en 2001 y 2002). Pero según los datos de organizaciones no gubernamentales y otros cálculos independientes, la cantidad de madera ilegalmente explotada llegó a del 10 por ciento al 30 por ciento en regiones de explotación básica, y en algunas regiones orientadas a la exportación superó el 50 por ciento de las especies y el surtido de mayor valor (Sheingauz, 2001).
Todos estos problemas producen una situación paradójica en virtud de la cual los ingresos forestales del país que tiene la mayor superficie forestal del mundo no satisfacen las necesidades de una gestión forestal adecuada, y la industria forestal apenas si proporciona el 2,5 por ciento del PIB. El país no cuenta con una política forestal claramente definida. La última reorganización de la ordenación estatal de los bosques en Rusia, en 2000 (fue aproximadamente la décimoquinta de los últimos 85 años), puso fin al Servicio Forestal Federal como organismo gubernamental independiente, lo que ha creado más problemas de organización e institucionales.
Indicios de mejoramiento
En el último decenio, las reformas legislativas e institucionales del sector forestal ruso han sido lentas y a menudo incongruentes e ineficaces. Pero en los dos o tres últimos años ha aumentado el interés político y social en los problemas forestales y en el sector forestal. El gobierno aprobó el Concepto de Elaboración de la Ordenación Forestal en la Federación de Rusia para el periodo 2003-2010, y está estudiándose un nuevo Código Federal. Actualmente están debatiéndose las decisiones legislativas apropiadas para las concesiones forestales. Estos documentos toman en consideración aspectos jurídicos e institucionales decisivos del sector forestal ruso, necesarios para la transición a la economía de mercado y destinados a producir una sólida base económica para el sector forestal ruso, a fin de mejorar su gobernanza e incrementar su capacidad de captar inversiones. En el ámbito federal se ha tomado una serie de importantes decisiones referentes al sector forestal (Programa de inventario forestal y planificación para 2003-2010, Programa de reforestación para 2002-2010, Estrategia de desarrollo de las industrias forestal, de la pulpa y el papel y madereras para el período hasta 2010, etc.). El presupuesto para 2003 contiene un considerable incremento económico para el inventario forestal y la protección contra los incendios forestales. Los indicadores económicos básicos del sector de la industria forestal han aumentado ligeramente entre 1999 y 2002.
Las medidas mencionadas son más que oportunas, especialmente porque la tendencia de los incendios forestales y los ataques de insectos parecen haberse agravado y el país sufre el cambio del clima, con aumento de la temperatura y una inestabilidad cada vez mayor del sistema climático regional. Entre 1998 y 2002 las grandes perturbaciones disminuyeron el sumidero anual de carbono en los bosques alrededor del 30 por ciento. Algunos modelos anticipan que una gran parte de los bosques rusos se destruirá completamente en el siglo XXI debido a catástrofes, con una probabilidad cercana a 1,0 si se verifican grandes fenómenos de cambio climático en la zona boreal de Rusia, y si el nivel de protección forestal no se mejora.
Conclusiones
En general, los acontecimientos ambientales, sociales y económicos recientes han producido efectos negativos en los bosques rusos, aunque quizá por su capacidad de recuperación esos cambios no tendrían que ser irreversibles. Pero debido la vasta superficie forestal de Rusia, su alcance y condición tienen considerable importancia para el resto del mundo, y la experiencia de Rusia en silvicultura y ordenación forestal podrían interesarles a muchos otros países.
La larga experiencia de Rusia en la producción de inventarios forestales de diversas fuentes y recursos podría tener utilidad en las actividades internacionales de hoy para transitar hacia la elaboración de nuevos tipos de inventarios forestales, que deberían registrar todos los recursos, y los servicios ecológicos y sociales de los bosques. Es esencial contar con información sistemática, oportuna y fiable obtenida de los inventarios forestales, para la elaboración de políticas, la determinación y la gestión de zonas de conservación, la planificación operativa y estratégica, comprendida la preparación de los programas forestales nacionales, y para la práctica de una ordenación forestal sostenible. Una serie de importantes intereses comunes internacionales (la necesidad de sistemas que combinen tareas, tecnologías y circulación de información de todos tipos de inventarios y supervisión forestal; la necesidad de contar con formas de lograr una fusión óptima de la medición sobre el terreno, datos tomados por teledetección y modelos ecológicos regionales; la pertinencia de una "internacionalización" apropiada de los inventarios nacionales a fin de satisfacer las necesidades de los procesos y los convenios internacionales en curso, como el Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la Evaluación de los recursos forestales de la FAO (ERF), la Convención sobre la diversidad biológica, etc.) generan una sólida base para la futura cooperación productiva entre distintos países. La necesidad de ponerse de acuerdo sobre las definiciones y la viabilidad y el costo de recopilar la información necesaria siguen siendo cuestiones importantes, aunque sin duda se ha avanzado gracias a las actividades recientes de la FAO y de otras instituciones internacionales (FRA-2000, el proceso de armonización de las definiciones relacionadas con los bosques, el programa de Observación mundial de la cubierta forestal, etc.).
Los sistemas múltiples de telepercepción y los sistemas de información geográfica (SIG) son elementos esenciales de los inventarios forestales actuales y futuros. Los sensores satelitales pueden hacer una gran aportación a la supervisión fiable del alcance y las condiciones de los bosques, y a mejorar los sistemas de protección forestal. Los SIG de capas múltiples son un instrumento incomparable para la ejecución práctica de una gestión sostenible de los bosques en el ámbito del paisaje y regional. Son evidentes las posibilidades de sinergia en la combinación de las actividades internacionales en estos ámbitos.
El enfoque del paisaje-ecosistema es una base general para la ordenación forestal sostenible. Rusia cuenta con una tecnología avanzada para lograr un rendimiento óptimo de la estructura del paisaje, y con una amplia experiencia en clasificación y distribución espacial de los bosques por destinación funcional. Esto podría contribuir al adelanto internacional futuro y a armonizar los indicadores para la gestión sostenible de los bosques (por ejemplo, en el Proceso de Montreal) y sus nexos con el alcance del inventario forestal regional y ecorregional, así como al adelanto teórico y práctico del paradigma de la ordenación forestal sostenible.
Por último, la experiencia de Rusia hace énfasis en la necesidad de incrementar el perfil político y social de los bosques nacionales en conjunto, y de establecer un compromiso político en materia de inventario forestal como base de la supervisión, evaluación e información del estado de los recursos forestales en el ámbito nacional y superiores.
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1 Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados, A-2361 Laxenburg, Austria.
shvidenk@iiasa.ac.at
2 A partir de este momento se hace referencia a la Federación de Rusia simplemente como Rusia.
Este texto está extraído de la versión oruiginal del documento sometido al XII Congreso Forestal Mundial, Québec City -Canadá.
Este texto no es una publicación de la FAO.
Texto extraído del sitio: http://www.fao.org/docrep/ARTICLE/WFC/XII/MS11-S.HTM
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