Ante los conocidos acontecimientos ocurridos en París en los primeros días del año 2015, queremos expresar una reflexión, claramente buscando la objetividad y, como intentamos siempre hacerlo en este sitio, dejar mensajes que nos permitan cuidar el futuro del planeta y la vida en general que habita en este.
Pero la violencia tiene varias caras que la acunan y la alimentan. Algunas de ellas son
*Datos sobre cantidad de ejemplares publicados actualmente por la revista mencionada:
http://www.diario26.com/polemicas-tapas-del-semanario-frances-charlie-hebdo-201856.html
Portada de la revista en donde aparece la caricatura de Mahoma que se lamenta por los integristas diciendo: "Es difícil ser amado por idiotas"
Portada de la revista en alusión a las religión judía, católica y musulmana.
En la portada de 2011 aparecen tres rollos de papel de baño asociados con los tres libros
principales de las religiones católica, musulmana y judía
Portada de la revista francesa en la que ridiculiza con obsenidad a la trinidad
del catolicismo: el padre, el hijo y el espíritu santo
Son las doce menos cuarto en este siglo. Estamos en un punto de inflexión histórico de la islamofobia y su consecuente racismo en Francia y mas ampliamente en Europa. La lectura extremadamente simplista de los medios de comunicacion en este 7 de enero del 2015 va a resumirse e imprimirse en muchos cerebros como « ataque mortal de unos musulmanes contra un periódico ‘de izquierdas' ». Esto va a desestabilizar y poner del revés muchos posicionamientos políticos. El miedo, la rabia, la tetania, la incomprensión y el pánico moral van a dejar en muchas personas mucho espacio para que el odio se instale.
Más allá de los parámetros de oportunidad militar que han podido justificar la elección de este periódico por este comando, este ataque corresponde a una lógica y a una visión política de los takfiríes (conocidos en francés como tak-tak): Precipitar el enfrentamiento y la radicalización de fracciones importantes de la población. Charlie Hebdo beneficia de un capital simbólico pero importante en la izquierda: Éste todavía se considera antirracista y encarna la « libertad de expresión » entre muchas personas. No ha sido atacado ni Le Figaro, ni Le Minute [dos periódicos abiertamente de derechas, n. de la T]
Los takfiríes saben que si el dique antirracista de izquierdas salta, entonces es Europa entera la que bascula en el desencadenamiento de una violencia racista simbólica y física en la cual los musulmanes son las primeras víctimas. En este escenario los guerreros tafkiríes que fantasmean con ser defensores del Islam esperan que la población musulmana entonces violentamente oprimida, irá a buscar protección en ellos. Un poco como los sionistas siempre dispuestos a instrumentalizar las olas de antisemitismo para justificar la existencia del Estado de Israel y que la población judía oprimida se refugie en ellos, pues esto es lo mismo; los takfiríes necesitan que el Islam esté oprimido para conquistar el corazón de lxs creyentes.
Riss, de Charlie Hebdo, dibuja a las niñas de Boko Haram embarazadas y diciendo « No toquéis nuestras ayudas sociales ». Claro reflejo de racismo y de antifeminismo.
No seamos hipócritas. Charlie Hebdo no es un amigo político. Desde hace años, se ha desviado al campo del pensamiento dominante y participa en el desarrollo de una islamofobia de izquierdas. En cambio, NADIE puede ni debe alegrarse de la ejecución de estxs periodistas. Nada puede justificar este acto en el contexto actual de Francia. Pero este ataque no debe hacer callar tampoco las críticas que se pueden hacer a Charlie Hebdo y a la prensa en general acerca de su línea de redacción y su humor islamófobo.
Hoy día, hacer la guerra en el salón de prensa de Charlie Hebdo es como lo que fue en su día el atentado en la estación de trenes de Bolonia. Es un acto de terror para desorientar.
A cuenta de este acto, complotismo e islamofobia van a prosperar. El ataque contra Charlie Hebdo permite la toma como rehenes de millones de personas de confesión musulmana en Francia y en Europa.
Los únicos ganadores en este ataque son los reaccionarios de todo tipo, islamófobos a la cabeza. Y enfrente, los tafkiríes (que quieren el repliegue de una comunidad musulmana heterogénea) se frotan las manos. Este ataque, es un candado que sirve para ponernos entre la espada de los takfiríes y la pared del neo-liberalismo.
Las múltiples sensibilidades presentes en los barrios van a hacer frente a, encima, tener que elegir entre el adoctrinamiento en la causa nacional, o la marginalización y la criminalización.
Todas las condiciones que puedan permitir la llegada de una catástrofe ya están reunidas, y eso nos da miedo.
El Partido « Socialista » ha liquidado durante años a cualquier oposición de izquierdas, y sobre todo aquella que intentaba construírse desde los barrios populares. Esto ha contribuído a dejar terreno libre a todo lo peor que se pueda imaginar en materia de nihilismo. Porque más allá de la línea reaccionaria, lo que marca este tipo de acción, es el impass político, económico y social en el cual Europa se encuentra en cada crisis económica. El nihilismo de una parte de los nuestros prospera sobra la miseria que siembran los gobiernos capitalistas en Europa.
Lo que ha pasado este 7 de enero, es la posibilidad (ofrecida por los takfiríes a aquellos que nos oprimen) de cortar los hilos de la solidaridad y de destruír una comunidad de destino entre creyentes y no-creyentes. Es la posibilidad de condenar cualquier cosa en función de su creencia o de sus facciones.
Los rodeos que han servido de propaganda a los peores reaccionarios, las « llamadas al orden republicano y la unidad nacional », a la « laicidad », a la « libertad » de expresión, a la democracia parlamentaria como bastión frente a la « barbarie del enemigo interior », etc… nos caen encima como una fuerte ola del mar. En este contexto la cantinela del simplismo en el cual la « izquierda culpable » ha hecho pruebas con la inmigración y lxs musulmanxs corre el riesgo de bascular en personas con uso de razón en el campo del odio del ‘otro’.
La población que vive en Francia se encuentra arrinconada en este contexto de crisis económica entre la pared neoliberal que sólo le da soluciones a nivel individual, y la espada reaccionaria que habla de orígenes culturales o biológicos para que las clases populares compitan. Lo único que tenemos que hacer es conservar la línea que nos permitirá salir de esta trampa: Esto es, luchar colectivamente por la justicia económica y social. Si estamos entre la espada y la pared, hay que parar al herrero. En este período oscuro nos tenemos que inspirar de lo que pasa en otras partes del mundo como por ejemplo en Kurdistán, arrinconado entre el imperialismo occidental y los reaccionarios del Estado Islámico. Aquí como allá, tenemos la posibilidad de crear condiciones para nuestra liberación.
Traducción: Griotte Wuornos
Femmes en Lutte du 93 (colectivo feminista no-mixto de la banlieue de París) se solidariza con las mujeres kurdas, demostrando que se niegan a estar entre la espada y la pared.
Fuente: http://tuspioletsymifresadora.wordpress.com/2015/01/07/hace-mucho-que-charlie-hebdo-no-nos-hacia-reir-hoy-nos-hace-llorar-quartiers-libres/
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Yo NO soy Charlie
Parto aclarando antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar.
Lo mismo es válido en Francia, como lo es en Colombia o en Palestina. Tampoco me identifico con ningún fundamentalismo, ni cristiano, ni judío, ni musulmán ni tampoco con el bobo-secularismo afrancesado, que erige a la sagrada “République” en una diosa.
Hago estas aclaraciones necesarias pues, por más que insistan los gurús de la alta política que en Europa vivimos en una “democracia ejemplar” con “grandes libertades”, sabemos que el Gran Hermano nos vigila y que cualquier discurso que se salga del libreto es castigado duramente.
Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial.
Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad.
Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural.
Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los ‘60, la policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de “incivilizados” árabes muertos.
No se trata de inocentes caricaturas hechas por libre pensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (si, aunque pose de alternativo Charlie Hebdo pertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar. Mensajes cuyo propósito implícito es justificar las invasiones a países del Oriente Medio así como las múltiples intervenciones y bombardeos que desde Occidente se orquestan en la defensa del nuevo reparto imperial. El actor español Willy Toledo decía, en una declaración polémica -por apenas evidenciar lo obvio-, que “Occidente mata todos los días. Sin ruido”. Y eso es lo que Charlie y su humor negro ocultan bajo la forma de la sátira. En esta portada, la revista se burla abiertamente del Coran, libro sagrado musulmán
No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como “Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas”. La caricatura era la de un hombre musulmán acribillado, mientras trataba de protegerse con el Corán. Habrá a quien le parezca esto gracioso.
También, en su época, colonos ingleses en Tierra del Fuego creían que era gracioso posar en fotografías junto a los indígenas que habian “cazado”, con amplias sonrisas, carabina en mano, y con el pie encima del cadáver sanguinolento aún caliente. En vez de graciosa, esa caricatura me parece violenta y colonial, un abuso de la tan ficticia como manoseada libertad de prensa occidental.
¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos? Claro que sería un escándalo: la vida de un francés es sagrada. La de un egipcio (o la de un palestino, iraquí, sirio, etc.) es material “humorístico”. Por eso no soy Charlie, pues para mí la vida de cada uno de esos egipcios acribillados es tan sagrada como la de cualquiera de esos caricaturistas hoy asesinados.
Ya sabemos que viene de aquí para allá: habrá discursos de defender la libertad de prensa por parte de los mismos países que en 1999 dieron la bendición al bombardeo de la OTAN, en Belgrado, de la estación de TV pública serbia por llamarla “el ministerio de mentiras”; que callaron cuando Israel bombardeó en Beirut la estación de TV Al-Manar en el 2006; que callan los asesinatos de periodistas críticos colombianos y palestinos.
Luego de la hermosa retórica pro-libertad, vendrá la acción liberticida: más macartismo dizque “anti-terrorismo”, más intervenciones coloniales, más restricciones a esas “garantías democráticas” en vías de extinción, y por supuesto, más racismo.
Europa se consume en una espiral de odio xenófobo, de islamofobia, de anti-semitismo (los palestinos son semitas, de hecho) y este ambiente se hace cada vez más irrespirable.
Los musulmanes ya son los judíos en la Europa del siglo XXI, y los partidos neo-nazis se están haciendo nuevamente respetables 80 años después gracias a este repugnante sentimiento. Por todo esto, pese a la repulsión que me causan los ataques de París, Je ne suis pas Charlie.
Fuente: BioBioChile http://www.biobiochile.cl/2015/01/08/yo-no-soy-charlie.shtml
http://www.taringa.net/posts/noticias/18414550/Yo-NO-soy-Charlie.html
Caricatura morbosa aparecida, después del atentado asesino, en las redes virtuales y que ataca con una ofensiva réplica a una portada publicada hace años por la revista Charlie Hebdo. Otra muestra de la mal entendida "libertad de opinión" cuando es absurda y alevosa.
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