Sólo el cuidado, el control de los residuos, la ampliación de los sectores ecológicos y, urgentemente, la exclusión incuestinoable de las actividades humanas invasivas en la naturaleza, permitirá que el futuro de la vida en nuestro mundo sea posible y pueda sobrevivir, frenando los crecientes daños ambientales que van destruyendo en forma trágica y progresiva el aire, el agua y el suelo.
El futuro del planeta
Foto: Raúl Walter González Sanso
Debemos preservar a los bosques autóctonos, selvas, ríos, mares, así
como a las especies que habitan en ellos.
¿Podrán ver y disfrutar las próximas generaciones de la flora y la fauna
silvestre, salvaje y originaria, no alterada y libre de la explotación humana?
Los ambientes naturales son el mejor sitio para la vida en el planeta.
Fotos: Raúl Walter González Sanso
Mucho tendrá que cambiar en el mundo de hoy. Debe replantearse la humanidad, inteligentemente, en sus actitudes, en la forma de vida, en la conciencia de las personas, en sus métodos.
La naturaleza no es propiedad económica, comerciable o lucrativa. Siempre debe ser un terreno auto-sustentable, libre, natural, limpio de toda invasión humana. Porque en ella está el agua, el aire, la vida animal, desde los inicios de las especies.
El aire es dañado por la actividad humana: tráfico vehícular terrestre, aereo, grandes y pequeñas industrias, incendios, fugmigaciones rurales, basurales, gases domésticos, etc.
El agua, un recurso crucial para la vida humana y demás especies, será escasa y, para colmo, muy contaminada si no se toman medidas urgentes para preservarla.
No olvidemos que más del ochenta por ciento del agua del planeta es salada. El agua dulce está considerada como un patrimonio extremadamente valioso para la subsistencia de muchos eco-sistemas y poblaciones humanas del planeta.
Todo indica que, en un futuro no muy lejano, el agua dulce será muy escasa en el mundo. Para ello podemos ver ciertos porcentajes aterradores: la ecuación es sencilla, el planeta tenía 2.500 millones de habitantes en 1950 y tiene cerca de 7.000 en el año 2010. En el año 2025, a ese ritmo de crecimiento, más de 8.000 millones de habitantes se tendrán que dividir la misma cantidad de agua que hoy tenemos. Pero, dentro de los cálculos, dentro de veinte años, la reserva mundial de agua disponible por habitante será tres veces menor a la de 1950.
A ello se le suman dos grandes problemas: la contaminación que se produce cuando aguas residuales, desechos líquidos, pesticidas, solventes o combustibles industriales, etc, ingresan a ríos, napas o aguas subterraneas.
A ello se le suman dos grandes problemas: la contaminación que se produce cuando aguas residuales, desechos líquidos, pesticidas, solventes o combustibles industriales, etc, ingresan a ríos, napas o aguas subterraneas.
Por el lado de el suelo, los bosques, la selva, los valles, también han sufrido y sufren daños extremos y van destruyéndose a pasos acelerados. Actividades económicas muy invasivas, destruyen los terrenos naturales tales como la explotación minera, las actividades agrícolas, o también los proyectos inmobiliarios, que, delictivamente, no respetan los límites urbanos e invaden y extinguen zonas de sierras, de bosques, de selvas, muy necesarias como pulmones de aire puro y habitat de muchas especies animales, las cuales (territorios naturales y especies) deben ser protegidas y conservadas por el estado -nacional o provincial- (muchas veces actuando como cómplice, que participa en sucios negociados con empresarios mafiosos)
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Los gobiernos de turno detentan el poder, por lo cual, son quienes deben controlar y aplicar todo el rigor de la ley con el fundametal objetivo de cuidar el clima, la atmosfera, el aire, el agua, todo el territorio natural, las areas que deben ser protegidas, y de esa manera, por ende, preservará la salud y el bienestar de la población y de las otras especies vivientes.
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